Mi parte favorita de la primavera es el recordatorio de que siempre es posible un nuevo comienzo. Al igual que la naturaleza se transforma con esta nueva estación del año, nosotros también tenemos la oportunidad de florecer junto a nuestro entorno. Esta primavera, he decidido empezar a explorar un pasatiempo nuevo: la jardinería.
Seré sincera, nunca he tenido talento para la jardinería. Todas las plantas que traigo a casa acaban perdiendo su brillo y casi todas las flores que planto no brotan. Esta temporada, quiero darme la oportunidad de aprender los principios básicos de la jardinería.
Al igual que nosotros, una planta necesita el entorno y los cuidados adecuados para crecer, que a veces pueden ser difíciles de crear. Nuestro entorno influye en nuestra capacidad de florecer. Todo, desde las personas que nos rodean hasta las cosas en las que invertimos nuestra energía, influyen en nuestro crecimiento. Debemos aprender cómo nos moldea nuestro entorno: qué nos nutre y qué nos agota.
Me di cuenta de que, para tener éxito en la jardinería, también tengo que conocer las necesidades específicas de mis plantas. La tierra y el agua por sí solas no bastan; tengo que aprender qué tipo de tierra funciona mejor, cuánta agua es necesaria y qué condiciones climáticas las ayudarán a florecer. Puede que ahora no se me dé muy bien la jardinería, pero con paciencia, ganas de aprender y disposición a recibir consejos de los demás, puedo mejorar.
La primavera es el momento perfecto para explorar una nueva afición o pasatiempo ya que nos inspira nuevos comienzos y representa el potencial de renovación y creatividad. Yo he elegido la jardinería, pero otros pueden disfrutar pintando, haciendo senderismo, escribiendo o aprendiendo a tocar un instrumento musical. Lo importante es aprovechar la energía de la primavera y dar un paso hacia algo nuevo. Al igual que las flores florecen en primavera, nosotros también podemos crecer de una forma que no esperábamos.