El autocuidado es a menudo más fácil de decir que de hacer. Aunque en términos generales se refiere a las medidas que tomamos para mejorar o mantener nuestro bienestar físico, mental y emocional, a veces resulta difícil comprender realmente lo que implica el autocuidado y cómo nos beneficia. En esencia, el autocuidado consiste en satisfacer nuestras necesidades y cuidarnos para poder brindar lo mejor de nosotros mismos a los demás.
Comprender la importancia del autocuidado y su impacto en nuestro bienestar es vital. Me gusta pensar en el autocuidado como un vaso con agua: no podemos compartir de un vaso vacío. Cuando damos de nuestro vaso, agotamos nuestras propias reservas. Mejor enfoquémonos en llenar nuestro vaso hasta el borde con amor y cuidado, dejando que rebose. Al compartir desde lo sobrante, nos aseguramos de que nuestro vaso siempre permanezca lleno, y al mismo tiempo compartimos lo sobrante con los que nos rodean. Al hacerlo, creamos un ciclo sostenible de dar que beneficia tanto a nosotros mismos como a los demás.